Y es que tú... solemne, intrépido, vehemente
me torturas en sueños con tus malditos besos.
Y grito, con clamor silencioso.
¿A caso no escuchas?
Porque no atiendes los alaridos insistentes
que imploran se extinga tu olor, se extravié tu sabor
y esa sutil sensación de tus labios en los míos.
Pero que digo... Miento, solo miento.
Si tus besos son corrientes impetuosas de pasión.
Son la mas dulce sensación que han sentido mis labios.
Son tan bienvenidos como la lluvia en tiempo de sequía.
Mas bien suplico por más, si, por más.
suplico una y otra vez que tú y tus besos
no sean solo un sueño.
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